Bob Cousy, el Houdini del Hardwood

He was magical before there was "Magic" (biografía oficial de NBA.com)

El primer "Chocolate blanco" de la historia

Bob Cousy nació en New York en 1928, en el seno de una familia pobre de inmigrantes franceses. Hasta los cinco años, cuando empezó la escuela primaria, no habló nada más que francés. Se crió en el barrio de Yorkville, en Manhattan, habitado en su gran mayoría por inmigrantes europeos, judios y libaneses. Jugando a stickball (deporte parecido al beisbol), el niño Bob creció en un ambiente multicultural que acabaría cuajando en su carácter, como algunos años después demostraría.

La familia Cousy pudo prosperar económicamente y pudo adquirir un apartamento en el barrio mayoritariamente negro de St. Albans, en el distrito de Queen's, donde sin tantas apreturas económicas Bob Cousy, con 12 años, empezó a acudir al Andrew Jackson High School. Allí descubrió el deporte del baloncesto, y empezó a jugar sin destacar especialmente. Pero un año después sucedió algo que cambiaría su carrera: se rompió su brazo derecho (el bueno) al caer de un árbol. Otros chavales hubieran desistido de seguir jugando al basket, pero Cousy ya tenía en gusanillo dentro de su cuerpo. Para no perder el tiempo durante su convalecencia, Cousy desarrolló un impresionante control con su mano izquierda. Esa condición de ambidiestro sería clave en su carrera profesional.

Tras acabar los estudios de instituto, Cousy saltó a la universidad de Holy Cross, en el estado de Massachusetts, tras rechazar una oferta de la prestigiosa Boston College por no gustarle sus instalaciones. En Holy Cross su estilo tardó en ser apreciado. El baloncesto era entonces un deporte estático y lento (no existía el límite de tiempo por posesión), más al estilo del balonmano que del basket actual. Alvin "Doggie" Julian, su entrenador, consideró en un principio "suicida" su rapidez y descaro a la hora de driblar al contrario y, sobretodo, de pasar al compañero. Muchas veces, sus compañeros no eran lo suficientemente rápidos de reflejos para recibir sus pases, y acaban golpeados con el balón en la cara.

A pesar de todo, conseguiría el reconocimento unánime de todos (salvo de su entrenador, que nunca lo tuvo en gran estima) al ganar el título universitario de 1947 con Holy Cross, el único de la historia de la universidad, aunque en la final hiciera un lamentable encuentro con 2 de 13 en tiros de campo. Su fama de malabarista llegó al mítico Garden de Boston, donde en un encuentro contra la Universidad de Loyola el público, viendo a Cousy confinado en el banquillo, coreó "We want Cousy! We want Cousy!" hasta que Julian no tuvo más remedio que sacarlo a la cancha. Resultado, 11 puntos en los últimos 5 minutos con buzzer beater incluído. Cousy era una estrella en Boston, y todos soñaban con verlo con los Celtics cuando saltara a profesional.

Cousy en su época universitaria

Se presentó al draft de 1950. Boston, después de una pésima campaña anterior (22-46 de balance) tenía la primera elección. Todos contaban con que Cousy sería escogido, pero no fue así. Red Auerbach, ya coach de los Celtics, prefirió escoger al pívot Charlie Share afirmando que "Mi objectivo es ganar, no fichar a los paletos de aquí". Cousy fue finalmente escogido en tercera posición por los Tri-Cities Blackhawks (que años después serían los Atlanta Hawks). Inmediatamente después fue traspasado a Chicago Stags, pero no llegó a debutar porque el equipo desapareció. Se organizó un draft de dispersión entre los jugadores de los Stags, y Cousy fue a parar a... Boston. El destino había vencido, pero ni Walter A. Brown, propietario de los Celtics, ni Red Auerbach estaban totalmente convencidos de su valía.

A pesar de todo, Cousy no tardó en convertirse en la estrella de Boston. Desde su año de rookie hasta que dejó Boston en 1963, nunca faltó a su cita con el All-Star, donde llegaría a ser dos veces MVP (en 1954 y en 1957). Un año después conseguiría el primero de sus ocho títulos consecutivos de mejor asistente de la liga. Pero los títulos no llegaban. New York era su verdugo habitual, y los Celtics no eran capaces de llegar a una final. Todo cambió en el draft de 1956, donde Boston seleccionó a tres jugadores que acabarían entrando en el Hall of Fame: KC Jones, Tom Heinsohn y un tal Bill Russell. La dinastia más larga de la historia de la NBA había empezado.


Aquel primer año glorioso de Boston fue también el mejor año a nivel individual de Bob Cousy, que le valió su primer y único premio MVP de la temporada. Los Celtics llegaron a su primera final donde ganaron por un disputadísimo 4-3 a los St. Louis Hawks. Las claves: la defensa feroz del joven Russell contra la estrella de los Hawks Bob Pettit y la magistral dirección de Bob Cousy. Al año siguiente, en la campaña 57-58, los Hawks se tomaron la revancha y se llevaron el título en la final. Fue la última serie de play-off que Boston perdió hasta 1967.

Un equipo inolvidable

El secreto de Boston era tener un equipo que funcionaba como un reloj. En ataque, Cousy dirigía a los suyos dando una marcha de velocidad extra imposible de controlar por los rivales. Y en defensa, Bill Russell evitaba cualquier atisbo de reacción en el equipo contrario. Todo bajo la atenta mirada del genial Red Auerbach. Por cierto, Cousy acabó teniendo una relación tan especial con Auerbach, que disfrutó de una prerrogativa que muy pocos jugadores (y seres humanos en general) poseían. Cuando se dirigía a su entrenador, no le llamba "Red", sino "Arnold", su nombre real.

Bob Cousy junto a Red Auerbach (Arnold para los amigos)

En la temporada 61-62 Cousy empezó su decadencia. Había perdido velocidad y su equipo se vio obligado a jugar a un ritmo más pausado, pero Cousy supo adaptarse y seguir llevando a los suyos a dos anillos más, hasta que tras ganar las finales de 1963 anunció su retirada. Tenía 35 años. Su emotiva despedida fue conocida como "The Boston Tear Party", y hasta el presidente John F. Kennedy (originario de Massachussets) pronunció un discurso en su honor.

A modo de curiosidad, en sus último partido como Celtic Cousy protagonizó una situación similar a la de Paul Pierce en las Finales del año pasado. En el último cuarto del sexto juego de las Finals de 1963 contra Minneapolis Lakers (la serie iba 3-2 a favor de Celtics), Cousy se torció el tobillo y tuvo que ser sustituido. A falta de dos minutos, y con los Lakers arriba por un punto, un renqueante Cousy volvió a la cancha cuando nadie, ni sus compañeros, lo esperaba. El subidón emocional que su vuelta provocó al equipo provocó la victoria de Boston por 109 a 112 en Minneapolis. Hasta el final de su carrera, Cousy llevó a los suyos al cielo.

Tras 13 años en Boston (todos como All-Star), 6 anillos y 1 MVP, Cousy empezaba una nueva vida como entrenador universitario. Entrenó a Boston College desde 1963 a 1969 (siendo sustituido, como ya se dijo por aquí, por Chuck Daly), hasta que tuvo la oportunidad de entrenar a un equipo NBA, los Cincinnati Royals (actualmente, los Sacramento Kings). En sus cinco años en el banquillo de los Royals poco bueno se pudo conseguir (un balance de 141-209), pero la gran anécdota, que demuestra el carisma que aún tenía Cousy, fue en la temporada 1970. Para animar al público a acudir al estadio, decidió volver a las canchas, con 41 años de edad, en función de jugador-entrenador. Sólo jugó 34 minutos en 7 partidos, pero sirvió para que el taquillaje en Cincinnati aumentara un 77 por ciento.

Cousy en Cincinnati, época para olvidar (como la horrenda portada de la revista)

Tras dejar los banquillos definitivamente, Cousy ocuparía el pintoresco cargo de Comisionado de la liga americana de soccer hasta 1979. Y a partir de ahí se dedicó a hacer de comentarista para los partidos de los Celtics. En 1993, tuvo la oportunidad de hacer sus pinitos en el cine como actor en la película "Blue Chips (Ganar de cualquier manera)", donde interpretaba al director deportivo de la universidad ficticia donde Nick Nolte ejercía de entrenador (y Shaquille O'Neal de jugador, por cierto). En una inolvidable escena, mantenía un diálogo con Nolte en una cancha de baloncesto mientras Cousy iba enchufando tiro tras tiro sin dejar de hablar. Impresionante. Con 81 años de edad, Cousy aún trabaja para los Celtics en el departamento de marketing.

Por último, un pequeño detalle sobre la gran valia humana de Cousy. Comentaba al principio cómo le marcó su infancia en el barrio de Yorkville donde jugaba a stickball con otros niños de orígenes bien diversos. Pues bien, en 1950, su año de rookie, Boston jugó un partido en North Carolina, un estado sureño donde la discriminación racial estaba más que extendida. En aquellos Celtics jugaba Chuck Cooper, seleccionado en el mismo draft, y que era conocido por ser el primer jugador negro drafteado en la NBA (hasta entonces sólo había jugadores blancos en la NBA... difícil de imaginar). Los Celtics reservaron un hotel en Raleigh para pasar la noche después del partido, para salir por la mañana a Boston, pero la dirección no permitió que Cooper se quedara por ser negro. Mientras todos sus compañeros se quedaron en el hotel, Cousy convenció a Cooper para coger ambos un tren nocturno hacia Boston y evitar la vergüenza de dormir en un hotel diferente a sus compañeros. Al llegar a la estación, Cousy comprobó algo que nunca había visto en su "civilizado" Boston, y fue descubrir que los lavabos para hombres del anden tenían dos puertas, una con la señal de "white" y otra con la señal de "colored". Como él diría más adelante en una entrevista, en aquel instante se sintió "avergonzado" de ser blanco.

Como regalo, dos videos impresionantes sobre Bob Cousy. El primero es un extraordinario reportaje sobre él con testimonios de Tom Heinsohn, Bill Russell, el mítico Red Auerbach y él mismo, entre otros. El segundo, un video que crea adicción. Son sólo 45 segundos, pero que son para ver una y otra y otra vez.





Larga vida al primer mago que tuvo el baloncesto, Bob Cousy.

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